sábado, 24 de abril de 2010

la carne del amante

se sentó vencida a pensar

de los cansados latidos de mi corazón
el mundo nada dirá...
y yo no creo que hayan conocido aquellos viejos rayos de sol
con los que una vez el mundo mostró su capacidad de brillar.

Valdrá la pena?
mostrárselos?
pero si ya no tengo nada
qué les puedo dar?


De dónde voy a colgarlos
animales muertos de hambre?
si quedé acá desnutrida
y en mis tetas sólo hay cáncer...


Quizás puedan perdonarme.
Caí en la trampa otra vez.
Sabía bien que venía a salvarlos pero
me enamoré...

y ese amor, el de la punta de la flecha
que dispara contra uno y sólo uno
dejando al resto en la vereda
solo puede usarse en las noches de cacería
atrapando pobres bestias que usaremos de comida
y bailando en la fogata
en las puertas de algún bosque
devoremos la deliciosa carne del amante...
nos llenemos con su carne...

y escondamos los vacíos
antiguos huecos evolutivos
que otra vida más
otra vida más
calmaremos con suicidio.



Mi animal amado esta noche se escapó.
Lo vi correr entre las sombras, sin dudar...
lo perseguí unas diez millas pero
si lo seguía me perdía, y quería regresar


ahora pueden ver lo que pasó?

tendría que haber seguido.

Esto es muy angosto como para ser mi camino.



Estoy acá, sí, me porté bien.
Me senté como un buen loto y medité, medité.
Pero del loto nacía ella, mi hermosa vieja bestia
y sankarié, sankarié.

Fui un mortal estúpido
tentado a jugar con dios
yo tambien queria ser bestia
solo que con ella, así no...